miércoles, 29 de agosto de 2012

Consenso y Disenso




 Consenso

Se denomina consenso a un acuerdo entre dos o más personas en torno a un tema.
Una decisión por consenso, no obstante, no implica un consentimiento activo de cada uno, sino más bien una aceptación en el sentido de no-negación. En este tipo de modalidades de decisión encontró su fundamento la democracia griega.

Una decisión por consenso, por lo tanto, es aquella que se toma gracias al acuerdo de una mayoría pero, a su vez, tratando de minimizar el nivel de conflicto con la minoría. Esto quiere decir que una decisión tomada por la mayoría no siempre implica un consenso, ya que puede avasallar la opinión de la minoría.

El consenso no requiere el consentimiento activo de todos los involucrados: alcanza con que, quienes se oponen la decisión, atenúen su rechazo y toleren la disidencia. Gracias al consenso, una sociedad puede alcanzar la paz social y la convivencia armónica.
Si los dirigentes no buscan generar consenso, los estallidos de violencia son más probables, ya que los grupos que no comparten las decisiones de las autoridades sentirán que sus derechos no son reconocidos y tendrán una mayor tendencia al conflicto.



La falta de consenso es el disenso o disentimiento, que consiste en no ajustarse al parecer de los demás. El disenso no supone siempre un enfrentamiento, ya que es posible adaptar el comportamiento o la actitud en pos de un bienestar general.



Disenso

La democracia moderna, pluralista y competitiva, se basa en la garantía del disenso, que implica el respeto a una cultura política heterogénea, y la posibilidad de disentir con los que ejercen el poder sin quedar por ello fuera del sistema sino, por el contrario, siendo reconocido como parte necesaria del mismo.
 Cual es en este caso el límite del disenso? La legitimidad es la propiedad del poder político de ser aceptado como el más conveniente para la síntesis política, en base a lo cual obtiene apoyo político. Legitimidad implica consenso, y consenso implica homogeneidad cultural.
La pregunta implica si esa legitimidad, ese consenso y esa homogeneidad cultural deben abarcar todo el campo político, incluyendo las instituciones instrumentales y las decisiones, acciones y opciones de los gobernantes. La opción democrática afirma que no, y que es suficiente el consenso sobre las "reglas básicas del juego": sobre las instituciones creadas para disciplinar los conflictos y proteger los derechos y libertades de las personas y los grupos sobre la base del principio de mayoría atenuado por las garantías a las minorías, pudiendo haber disenso, y por ende posibilidad de cambio, sobre todo el resto, sin que sea cuestionada por ello la legitimidad democrática, sino por el contrario, exaltada en la medida en que ese disenso tiene vigencia efectiva. 



lunes, 27 de agosto de 2012

Alteridad

Alteridad

La alteridad hay que entenderla a partir de una división entre un “yo” y un “otro”, o entre un “nosotros” y un “ellos”. El “otro” tiene costumbres, tradiciones y representaciones diferentes a las del “yo”: por eso forma parte de “ellos” y no de “nosotros”. La alteridad implica ponerse en el lugar de ese “otro”, alternando la perspectiva propia con la ajena.

 La alteridad también puede entenderse a un nivel más amplio. El encuentro entre dos países o dos pueblos implica poner diferentes formas de vida frente a frente. Si hay voluntad de alteridad, la integración podrá ser armónica, ya que cada pueblo respetará las creencias del otro. Ese diálogo, por otra parte, enriquecerá a ambos.

En cambio, si no hay alteridad, el pueblo más fuerte dominará al otro e impondrá sus creencias. Eso ocurrió, por ejemplo, a partir de la llegada de los conquistadores europeos a América.

Esto quiere decir que la alteridad representa una voluntad de entendimiento que fomenta el diálogo  y propicia las relaciones pacíficas. Cuando un hombre judío entabla una relación amorosa con una mujer católica, la alteridad es indispensable para entender y aceptar las diferencias entre ambos. En cambio, si se registra una escasa alteridad, la relación será imposible ya que las dos visiones del mundo sólo chocarán entre sí y no habrá espacio para el entendimiento.